La Filmoteca CajaCanarias programa un ciclo dedicado al sistema judicial con tres obras maestras del cine
- La Fundación CajaCanarias pone en marcha el ciclo Deficiencias e hipocresía del sistema judicial y sus remedios con la proyección, el próximo lunes 9 de octubre, del clásico Matar a un ruiseñor. Las siguientes citas con la Filmoteca serán los días 19 y 23 del presente mes con Veredicto final y En el nombre del padre, respectivamente. Las sesiones, a las 19:00 horas, serán en el Espacio Cultural CajaCanarias de Santa Cruz de Tenerife. Toda la información se encuentra disponible en www.cajacanarias.com
La Fundación CajaCanarias dedica su Filmoteca del mes de octubre al ciclo Deficiencias e hipocresía del sistema judicial y sus remedios con tres obras cinematográficas deslumbrantes: Matar a un ruiseñor (1962), Veredicto final (1982) y En el nombre del padre (1993). Las sesiones serán los días 9, 16 y 23 en el Espacio Cultural CajaCanarias de Santa Cruz de Tenerife. Como es habitual, comenzarán a las 19:00 horas y la entrada es gratuita hasta completar aforo. Toda la información se encuentra disponible en www.cajacanarias.com
La Filmoteca CajaCanarias propone el visionado de tres películas que no solo hacen honor a una reputación que se mantiene intacta con el devenir de los años, sino que se magnifica ante las nuevas generaciones de cinéfilos y profesionales del derecho; tres filmes realmente inspiradores, directamente responsables de la matriculación de alumnos en las facultades de derecho del mundo entero. Sus realizadores, los guionistas, así como los actores y actrices principales logran en los largometrajes seleccionados algunas de las composiciones más importantes de toda su carrera. Por una parte, Atticus Finch (Gregory Peck), un humilde abogado de causas justas, padre, viudo y respetado miembro de su comunidad en el controvertido estado de Alabama. Peck obtuvo el merecido Oscar de la Academia por su comedida composición. Por otra, Frank Galvin (Paul Newman), abogado en Boston, Massachussets, que se encuentra en unas horas oscuras a nivel personal y profesional. Alcohólico, perseguido por la sombra del fracaso de su (en otro tiempo) prometedora carrera, se le presenta una oportunidad para redimirse en una de las grandes composiciones de Newman para la gran pantalla, finalista al premio Oscar. Finalmente, Gareth Pierce (Emma Thompson) es una abogada, activista y defensora incansable de causas justa. Este papel también colocó a la actriz y guionista británica a las puertas del premio Oscar por su memorable actuación. Los tres letrados comparecen ante unos tribunales cargados de prejuicios, en situaciones muy difíciles. Solicitan con gran dignidad, integridad y prestancia una respuesta justa en nombre de sus clientes. Conocen sus oficios. Definitivamente saben cómo desempeñarlos. Por el camino les aguardan los grandes errores e hipocresías de la justicia, pero también sus antídotos o remedios.
Este ciclo sobre el sistema judicial comenzará el lunes 9 de octubre con Matar a un ruiseñor (1962). Robert Mulligan dirigió a Gregory Peck en la adaptación de una de las grandes novelas americanas, escrita por Harper Lee. El filme sitúa al espectador en la ciudad ficticia de Maycomb, en el estado de Alabama, a principios de la década de los años 30 del siglo XX. En ella reside Atticus Finch, un modélico padre de familia, viudo y abogado de profesión, al que sus clientes suelen pagarle con animales y los cultivos de la tierra y que se verá ante el inmenso desafío profesional de defender en territorio segregacionista a un joven negro, acusado de haber violado a una mujer blanca. La integridad, la decencia y la persistencia de un hombre bueno en una causa justa frente a una sociedad enferma, racista e intolerante le otorgará el respeto de la comunidad negra y la admiración de sus dos hijos.
El 16 de octubre, la Filmoteca CajaCanarias proyectará Veredicto final (1982), con el que Paul Newman logra una de las grandes interpretaciones de su vida. Largometraje realizado por Sidney Lumet, Veredicto final cuenta la historia de un abogado maduro, venido a menos, con serios problemas con el alcohol, al que la vida le concede una oportunidad de redención profesional mediante el caso de una negligencia médica contra un hospital protegido por la diócesis católica. Las grandes hipocresías del sistema judicial, con sus tecnicismos legales y desigualdades de trato, las preferencias de los jueces, la preparación de los interrogatorios y ciertas mezquindades personales, se dan la mano en este tratado de la condición humana que, al mismo tiempo, constituye una de las grandes obras de su realizador y del cine de tribunales en general.
El ciclo finalizará el lunes 23 de octubre con En el nombre del padre, del británico Jim Sheridan, quien ya había dirigido al extraordinario actor Daniel Day Lewis en Mi Pie Izquierdo (My Left Foot, Reino Unido, 1989). En el filme que nos ocupa, se procede a denunciar la injusticia del encarcelamiento de Los Cuatro de Gifford, unos jóvenes delincuentes de poca monta acusados de un atentado terrorista que no cometieron. En plena lucha del gobierno de Margaret Thatcher contra el encarnizado terrorismo del IRA, la quiebra de derechos fundamentales de las personas detenidas y el encarcelamiento de Giuseppe Conlon (Pete Postlewhite), el padre de Gerry Conlon (Day Lewis), uno de los cuatro jóvenes, deviene en el colofón de una de las más severas injusticias del sistema judicial británico. El filme narra los 15 años de lucha de Conlon por limpiar su nombre y el de su padre.