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Ciclo: Steven Spielberg. Los comienzos

STEVEN SPIELBERG: LOS COMIENZOS

La Filmoteca CajaCanarias inaugura su programación 2024 con un tributo necesario a los orígenes de una de las figuras más relevantes de la reciente historia del cine: Steven Spielberg. Al mismo tiempo, se pretende compartir una filmografía que resulta esencial para comprender la evolución del cine estadounidense más contemporáneo. Una oportunidad de oro, en definitiva, para (re) descubrir en la gran pantalla algunos títulos no tan conocidos pero indispensables dentro de una de las cartas de navegación más importantes de los últimos sesenta años de la historia del séptimo arte.

Probablemente, para el público en general, el director de cine, productor y ocasional guionista, Steven Spielberg, sea el realizador más famoso de todos los tiempos. Su fama trasciende considerablemente al conocimiento sobre cine. Una de las frases más famosas de este artista soñador lo define de manera muy exacta: “Siempre me gusta pensar en el espectador, porque yo soy espectador”. Dicho de otro modo, millones de asistentes a salas de cine coinciden con el realizador nacido en Ohio respecto de aquellos contenidos por los que desean pagar el precio de una entrada.

En 1990, la revista Hollywood reporter hizo un estudio entre profesionales de la industria para determinar quién era el director de cine más rentable de la historia. Sobre una valoración máxima de 100 puntos, Steven Spielberg obtuvo 98. Y es que su segundo y tercer largometraje para el cine, Tiburón (Jaws, EE. UU., 1974) y Encuentros en la Tercera Fase (Close encounters on the third kind, EE. UU., 1977), respectivamente, cambiaron la concepción del cine como máquina de amasar fortunas. Sin ir más lejos, Tiburón fue el primer blockbuster del verano y uno de los primeros en ser distribuido masivamente en salas de cine de todo el país. Los años 80 trajeron algunas de las películas más taquilleras de la historia, como ET el Extraterrestre (ET, The Extraterrestial, EE. UU., 1982), junto a algún intento de obtener cierta respetabilidad artística. Los años 90, además de un blockbuster de la talla de Parque Jurásico (Jurassic Park, EE. UU., 1993), que inauguró una saga que perdura hasta el presente, alumbraron el merecido reconocimiento de la industria y sus dos óscar como mejor director. Después de La Lista de Schindler (Schindler’s list, EE. UU., 1993) y de Salvar al Soldado Ryan (Saving private Ryan, EE. UU., 1997), poca gente dudó de que nos hallábamos ante un maestro del cine. El nuevo milenio ha proporcionado obras de auténtica madurez firmadas por Spielberg, en diversos contextos históricos y sociales, que relatan expresa o sutilmente no pocos aspectos del mundo diverso y global con una lucidez fuera de lo común. Así, filmes como Munich (EE. UU., 2007), Lincoln (EE. UU., 2012) o Los Papeles del Pentágono (The Paper, EE. UU., 2018) hablan por sí mismos y dialogan con la actualidad más candente.

Pero antes de llegar a ocupar ese lugar en el Olimpo del séptimo arte, y tras realizar algunas películas con una cámara casera de super 8 inmortalizando las salidas familiares, realizando, produciendo, montando y encargándose de la pista de sonido de algunos mediometrajes y largos que apuntaban una vocación imparable, un joven Spielberg se encontraba estudiando cine y entrando a trabajar en los estudios Universal, donde, de niño, se había colado más de una vez. La televisión fue su primer campo de batalla a nivel enteramente profesional, trabajando durante siete años para Universal Television. Esos iniciáticos pasos del cineasta de Cincinnati, que ya apuntalaban unos cimientos sólidos, impresionaron a los actores, a los realizadores y a los técnicos en general de la década de los 70. Así, los tres largometrajes que protagonizan el ciclo de enero de la Filmoteca CajaCanarias responderán a muchas de las claves de su cine actual, tanto a nivel de narración y experimentación técnica como respecto al contenido de sus historias. De este modo, el espectador podrá acompañar a héroes cotidianos del día a día, realizando proezas extraordinarias (El diablo sobre ruedas); a una familia desestructurada, que busca su lugar en una sociedad cada vez más cruel (Loca evasión); y, finalmente, dejarse fascinar por una mirada única a los tiempos de la Segunda Guerra Mundial, de los años 40 del siglo XX y de la historia de la aviación (1941: Una auténtica locura). El germen de un talento tras la cámara que se repetirá incesantemente a lo largo de una carrera que ronda seis décadas creando algunas de las imágenes del imaginario colectivo del siglo XX y del actual milenio.