La Fundación Cristino de Vera-Espacio Cultural CajaCanarias acoge la exposición temporal “Delhy Tejero”
La muestra, que podrá visitarse hasta el próximo 30 de enero, reúne por primera vez en Canarias la obra de esta excepcional artista ligada a la Generación del 27.
La Fundación Cristino de Vera-Espacio Cultural CajaCanarias acoge la exposición dedicada “Delhy Tejero”, una muestra donde se exhibe por primera vez en Canarias la obra de esta excepcional artista ligada a la Generación del 27, figura clave de la modernidad española. La muestra podrá visitarse hasta el día 30 de enero de 2021 en la sala de exposiciones temporales de la entidad, calle San Agustín, 18, La Laguna, en horario, de lunes a viernes de 10 a 14 h. y de 17 a 20 h. y sábados de 10 a 14 h.
La exposición Delhy Tejero, comisariada por el crítico de arte y catedrático de Historia del Arte Contemporáneo de la Universidad de la Laguna, Fernando Castro Borrego, está integrada por veintiuna obras procedentes de las colecciones de M. Dolores Vila Tejero e Inés Vila Vandangeon, depositarias del legado de la artista. Esta selección de pinturas, realizadas en un amplio marco temporal, el comprendido entre 1930 y 1964, permitirá al visitante no solo descubrir la evolución plástica de la obra pictórica sino, además, adentrarse en el universo poético de esta creadora cuyo planteamiento existencial formó parte de los principios de la vanguardia artística española.
Singular y auténtica. Delhy Tejero (Toro, Zamora, 1904-Madrid, 1968), vinculada con la Generación del 27, encarna la figura de la mujer moderna, libre, independiente, cosmopolita, innovadora y es una de las creadoras más relevantes y prestigiosas del panorama artístico español del siglo XX pero, como sucede en el caso de no pocos creadores de aquel tiempo, su nombre y su trabajo permanecen ocultos entre las tinieblas de los libros de la Historia del Arte.
Tras pasar su infancia y adolescencia en Toro se traslada a Madrid, en 1925, para continuar sus estudios en la Escuela de Artes y Oficios y en la de Bellas Artes de San Fernando donde, en 1929, obtiene el título de Profesora de la asignatura de Dibujo y Bellas Artes, y en 1931 es nombrada profesora interina de Pintura Mural en la Escuela de Artes y Oficios de Madrid. Muy pronto destaca en el ambiente cultural madrileño como ilustradora, colaborando con las principales revistas de la época (Blanco y Negro, Crónica, Nuevo Mundo, Estampa, La Esfera), prensa (ABC), además de ilustrar poemarios, carteles y cuentos, convirtiéndose en una de las figuras más significativas de la gráfica contemporánea. Gracias a su trabajo, vive durante cuatro años en la Residencia de Señoritas de Madrid donde conoce la labor de intelectuales y escritores como García Lorca, Alberti, Clara Campoamor y las nuevas corrientes artísticas.
Artista vanguardista de vocación viajera, a comienzos de los años 30 estudió en París y Bruselas y el estallido de la guerra civil española la sorprendió visitando el norte de África. Durante la contienda, y con la intención de ampliar sus estudios de pintura mural, Delhy Tejero se ausentó de España, emprendió un exilio moral. Viaja a Italia ―Roma, Florencia, Nápoles, Pompeya, Capri― y, posteriormente, se traslada a París donde, por mediación de Remedios Varo, conoce a Óscar Domínguez y entra en contacto con el grupo surrealista, llegando a participar en la exposición Le rêve dans l´arte et la littérature. De l´Antiquité au Surréalisme, en 1939, junto a Miró, Domínguez, Man Ray, Chagal y Klee. A su regreso a España, retoma su actividad como muralista, concurre en diversas exposiciones nacionales y es galardonada en varias ocasiones. Fue la única artista invitada a participar en la I Exposición de Arte Abstracto celebrada en Santander, en 1953, junto a Manolo Millares, Saura, etc. En 1954, exhibe su obra en la Bienal de La Habana junto a Vázquez Díaz, Benjamín Palencia y Gargallo y, un año después, las salas de la Dirección General de Bellas Artes recogen la muestra más completa y significativa de su trayectoria profesional.
Delhy Tejero consagró su vida a la práctica artística. “Cómo quiero a la pintura. Como a un hijo, como a una novia ideal, como a la naturaleza, al sol, al aire… Y es tan grande mi amor que puedo demostrarlo diciendo que la amo con ese amor imposible, como si fuera de otra época […] Pero cómo la amo, con qué desinterés, sabiendo qué poco recibiré a cambio […] Es mi amor platónico, mi amor imposible y sólo me consuelo diciéndome: soy artista, y al decir “artista” no sé de qué felicidad me lleno. Pero esto es todo y yo no he conocido otra felicidad”. Estas palabras, escritas por la artista a mediados de los años cincuenta, manifiestan la profunda significación de la Pintura en su vida. Son palabras extraídas de Los Cuadernines (1936-1968), los diarios íntimos de la creadora publicados por la Diputación de Zamora, en 2004, cuya lectura resulta imprescindible si deseamos descubrir su constante inquietud creativa.
La obra de Delhy Tejero, presente en el Museo de Arte Contemporáneo de Madrid y en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, entre otros muchos, presenta dificultades para encasillarla en un determinado movimiento o estilo artístico, “soy rebelde por temperamento y no podría adaptarme a una escuela determinada. Me gusta conocer y estudiar los diversos procedimientos y técnicas, comparar modalidades, pero sin sujetarme a ninguna de ellas. Acepto lo que me gusta y desecho lo que no se adapta a mi manera de ver”, declaraba la artista en 1947.
Esta muestra que desde hoy se exhibe en la Fundación Cristino de Vera-Espacio Cultural CajaCanarias permitirá al visitante adentrarse en la faceta pictórica de la artista y conocer la evolución de su obra, que transita desde la figuración hacia la abstracción. La obra de Delhy Tejero se relaciona con el movimiento surrealista, con los géneros figurativos tradicionales, con la abstracción y el constructivismo, la artista participa de todos estos movimientos pero ella, una de las primeras mujeres españolas interesadas por las vanguardias, traduce el lenguaje con tanta intensidad que hace una obra única, singular. Su pintura nace de la vocación, la soledad, la contradicción, de la pasión por su labor y de la resistencia ante los difíciles momentos que le tocó vivir, a los que respondió recreando su propio mundo interior.
Con el objeto de dar a conocer el pensamiento y la obra de la artista, el departamento didáctico de la Fundación Cristino de Vera-Espacio Cultural CajaCanarias ha desarrollado un amplio programa de actividades: talleres familiares online, visitas virtuales dirigidas a escolares y presenciales destinadas a la comunidad educativa y público general. Toda la información en la web: www.fundacioncristinodevera.org