Entreluces – Andrés Rábago

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Exposición

Desde el 11 de diciembre de 2018 al 31 de enero de 2019

Lugar:

Espacio Cultural CajaCanarias
C/ Esteban de Ponte 31
Garachico

Horario:

De martes a sábados de 11:00 a 14:00 y de 16:00 a 19:30 hs.
Domingos de 10:00 a 13:30 hs.
Lunes y festivos cerrado

Más información:
info@cajacanarias.com
Teléfono de la sala:
922 13 35 13

Ubicación: ver mapa

Presentación

Andrés Rábago (Madrid, 1947) ha habitado como dibujante satírico la piel de OPS y El Roto. Como OPS comenzó a publicar sus primeras viñetas a mediados de los años sesenta en La Estafeta Literaria. Sus trabajos transitaron el lado más crudo de esa descomposición de lo humano en la España de postguerra. La aparición de ese otro heterónimo, El Roto, se fue haciendo necesario para ocupar un nuevo lugar, ya en democracia, en el que era preciso recurrir al lenguaje para intentar clarificar lo que estaba ocurriendo. A mediados de los ochenta, las incursiones de OPS como pintor fueron solapándose con la incorporación de Andrés Rábago a la pintura. Sus primeras raíces bebieron en el arte primitivo italiano desde Cimabue a Piero della Francesca. El punto de partida de su pintura intenta huir de toda retórica. Su obra aspira a una máxima sencillez que le permita alcanzar la máxima expresividad. Bajo esa aparente sencillez late un trasfondo metafísico en donde nada es lo que parece. La contención en su pintura, la falta de artificio, intenta desvelarnos esa verdad profunda que atraviesa el velo de lo cotidiano, de todo aquello que yace en la superficie. Sus itinerarios son siempre humanistas y transitan lo sagrado, la revelación de la luz, el trabajo del hombre, la vanitas, o la soledad. En todos ellos domina el color a través de las distintas dimensiones que otorga la luz, una luz que está siempre en el centro de su búsqueda como artista.

Su vínculo con Canarias es, en gran parte, debido a la dilatada relación que, desde 1992, mantuvo con la Sala Conca de La Laguna hasta bien entrada la primera década de nuestro siglo. La Fundación CajaCanarias ha realizado esta primera exposición retrospectiva que se completa con los grabados de los últimos años de OPS. ENTRELUCES recorre así treinta años de indagación de un pintor para quien: «Un buen cuadro es un artefacto de alta tensión, su energía nos nutre a través de los ojos».

Fundación CajaCanarias

Información general

Lugar:

Espacio Cultural CajaCanarias
C/ Esteban de Ponte 31
Garachico

Horario:

De martes a sábados de 11:00 a 14:00 y de 16:00 a 19:30 hs.
Domingos de 10:00 a 13:30 hs.
Lunes y festivos cerrado

Más información:
info@cajacanarias.com
Teléfono de la sala:
922 13 35 13

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Presentación

El paisaje sucede solo en nuestra mente. Todo es ilusorio: el gris ceniciento de una montaña, los mil matices de las coladas que dibujan nuestros roques, la flor más humilde, pongamos una trevina amarilla, el tallo dulce del hinojo que verdea en la orilla de un camino, la tierra esponjosa dibujada por la mano del hombre sobre antiguos bancales de piedra. Todo está sucediendo por primera vez, y todo ocurre en nuestra conciencia.

Nada es hermoso si no existe en la imaginación de quién mira. Ese es el trabajo del fotógrafo: hacer un tajo en el tiempo y, en ese corte, aprehender y hacer durar lo que de otra forma se perdería. La belleza, decía Sor Juana Inés de la Cruz, “es despojo civil de las edades”, flor de un día. Esa belleza de esta tierra atrapó a Renate Müller, hace ya unos 40 años, en los caminos de Masca. Con curiosidad, con la paciencia de una enciclopedista, esta artista ha ido recopilando nuestro paisaje nativo. Las puertas de las casas se craquelan mostrando su historia, los muros escarapelados, la mirada ensoñadora de los niños de nuestros campos, el esplendor de nuestra naturaleza.

Aquel mundo, aquella cercanía a la tierra, al trabajo con las manos, aquel amor a lo pequeño, se va perdiendo. Domingo Pérez Minik decía que Renate Müller quería hacer de esta tierra un paraíso. No es fácil rescatar del olvido para nuestros hijos un mundo que ya no existe. Renate siempre ha sido crítica con la ceguera de este tiempo. Los que quieran, podrán demorarse a escucharla contar cómo monumentos naturales que ella fotografiaba hace no tantos años, ahora no existen. Le duele esta tierra, porque uno solo es de los lugares que ha amado. Esta exposición nos obliga a detenernos y a reflexionar cómo nuestra pasividad puede acabar con este legado. Frente a este conformismo, Renate sigue reclamando la complicidad de nuestra mirada, para despertar la belleza de esta tierra.

Fundación CajaCanarias