Últimos días para disfrutar de la exposición Artedrago. Visiones del árbol milenario en el Espacio Cultural CajaCanarias de Santa Cruz de La Palma
– La muestra estará abierta al público hasta el sábado 24 de febrero, es un monográfico compuesto por casi 200 piezas de arte de la Colección Artedrago, de Miguel de Taoro, dedicadas a la imagen legendaria del drago de Canarias. Toda la información se encuentra disponible en www.cajacanarias.com
– Como última actividad de la muestra, el viernes 23 de febrero, a las 11:00 horas, tendrá lugar la presentación oficial del catálogo de la exposición, con la intervención de Miguel de Taoro, Efraín Pintos y la escritora Elsa López, que recitará un poema escrito expresamente para el libro.
La Fundación CajaCanarias clausura este sábado, 24 de febrero, la exposición Artedrago. Visiones del árbol milenario en su Espacio Cultural de San Santa Cruz de La Palma (Plaza de España, 3). La muestra está conformada por casi 200 piezas, la gran mayoría pertenecientes a la Colección de Miguel de Taoro, dueño del taller de enmarcado Artedrago de La Orotava. Las mismas contienen la mirada de artistas de diversa procedencia, con obras pictóricas, dibujos, fotografías, carteles y objetos curiosos que contemplan, desde el pasado hasta el presente, la imagen legendaria del drago de Canarias. El horario de visitas es de martes a viernes de 10:00 a 14:00 horas y de 17:00 a 20:00 horas, así como los sábados de 10:00 a 14:00 horas. Toda la información se encuentra ya disponible a través de www.cajacanarias.com
Asimismo, y como última actividad de la muestra Artedrago. Visiones del árbol milenario, este viernes 23 de febrero, a las 11:00 horas, tendrá lugar la presentación oficial del catálogo, editado por la Fundación CajaCanarias con el asesoramiento de Efraín Pintos, académico de la Real Academia Canaria de Bellas Artes (RACBA), e imágenes a cargo de Lucas Pintos y Manuel Díaz Trujillo. El acto contará con las intervenciones del coleccionista Miguel de Taoro, Efraín Pintos y Elsa López, quien recitará un poema expresamente creado para el catálogo.
Artedrago. Visiones del árbol milenario alberga, además, tres obras cedidas: el mural Guardián de las islas, de la pintora Amelia Pisaca, un lienzo de 6,5 metros de largo por dos de alto cedido por el TEA-Tenerife Espacio de las Artes y que, sin duda, acaparará la atención de los visitantes; un cuadro del pintor Suso de la Rosa titulado Junta suprema en el jardín del marqués, cedido por la Colección LM, museo privado ubicado en La Laguna, y el lienzo Ach Guañac (La patria), del pintor y cantautor Luis Morera, que fue portada en uno de sus discos, cedido por el autor.
Así mismo, en la exposición también se podrá visionar un video-documental donde diferentes personalidades académicas y del mundo del arte disertan sobre el drago de Canarias y su papel como fuente de inspiración para los artistas, con protagonistas de la talla de Dolores Corbella, académica de número de la Real Academia Española (RAE); Ernesto Valcárcel, pintor y profesor en Bellas Artes de la Universidad de La Laguna (ULL); el crítico de arte Isidro Hernández, colaborador de este proyecto como asesor artístico; Eliseo Izquierdo Rodríguez, director de la Colección LM, de La Laguna, y crítico de arte; Miguel de Taoro; Maribel Nazco, pintora y exdecana de la facultad de Bellas Artes de la ULL, y Lázaro Sánchez-Pinto, naturalista y director del Museo de Antropología y Naturaleza (MUNA).
El drago: historia, leyendas y arte
El drago de Canarias, denominado científicamente dracaena drago y conocido popularmente por los habitantes de las Islas como el árbol milenario, se encuentra indisolublemente ligado a la historia del archipiélago desde tiempos inmemoriales. El naturalista latino Plinio el Viejo, en el siglo I (d. C.), mencionó la existencia de este árbol de gran tamaño en las Fortunatae Insulae, a partir de las expediciones del monarca mauritano Juba II algunas décadas antes. Y si detenemos nuestra atención en las relaciones sobre la conquista de Canarias de principios del siglo XV, la crónica francesa del caballero normando Gadifer de la Salle en Le Canarien, acuña por vez primera el término dragonier para referirse a una especie vegetal autóctona con aspecto de dragón de cien cabezas. A partir de ahí, las descripciones de los numerosos científicos y viajeros que visitaron Canarias a lo largo de los siglos han aportado una riquísima fuente literaria sobre este coloso vegetal y, más allá de su interés botánico, desbordaron su imagen real con aportaciones idealizadas, embellecieron su porte y le atribuyeron, incluso, virtudes medicinales. De esta forma tan consustancial al territorio de la escritura llega hasta hoy la imagen del árbol milenario: entre las hojas lanceoladas del árbol, lo histórico y lo novelesco, lo científico y lo sobrenatural, lo real y lo imaginario se enhebran y urden en un único y maravilloso relato. De todas esas crónicas, descripciones e ilustraciones de botánica, la visión quizá más fabulosa y mítica del drago de Canarias acaso proviene de su identificación con un dragón que, según la leyenda, custodiaba las manzanas de oro del Jardín de las Hespérides, situado por los autores clásicos en las Islas Canarias. Cuenta esa leyenda que tanto a uno como a otro –al dragón y al drago– si se les cortaba una de sus cabezas o ramas, estas se multiplicaban. Así lo relata Bouquet de la Grye, en Une ascension au Pic de Teneriffe, a partir de las explicaciones de un jardinero.